Derechos Humanos, un examen crítico
En su informe anual sobre “El estado de los derechos humanos en el mundo”, Amnistía Internacional (AI), planteó a los gobiernos pedir disculpas por seis décadas de fracaso en derechos humanos y les exigió un mayor compromiso para revertir esta situación.
(Mujereshoy). El Informe pone de manifiesto, 60 años después de haber sido adoptada la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Naciones Unidas, que en al menos 81 países todavía se infligen torturas o malos tratos a las personas.
En su informe anual sobre “El estado de los derechos humanos en el mundo”, Amnistía Internacional (AI), planteó a los gobiernos pedir disculpas por seis décadas de fracaso en derechos humanos y les exigió un mayor compromiso para revertir esta situación.
(Mujereshoy). El Informe pone de manifiesto, 60 años después de haber sido adoptada la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Naciones Unidas, que en al menos 81 países todavía se infligen torturas o malos tratos a las personas.
Que en al menos 54 se las somete a juicios sin las garantías debidas, y que en 77 no se les permite hablar con libertad. “La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo.
Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace”, dijo Irene Khan, secretaria general de AI.
En su Informe 2008, AI, destaca que sigue presente en América Latina, especialmente en Centroamérica “el legado de los regímenes autoritarios del pasado siglo en las deficiencias institucionales”.
En su examen sobre la situación de las mujeres en la región, el documento reconoce que la mayoría de los gobiernos han adoptado medidas para enfrentar la violencia sexista, especialmente en la aprobación de nuevas leyes contra la violencia de género, pero los recursos destinados para este fin son insuficientes.
Un ejemplo concreto es la insuficiencia de refugios para mujeres golpeadas con capacidad para brindar el apoyo necesario.
También enfatiza la ausencia de políticas para contrastar la persistencia de ideas y valores tradicionales en los ámbitos de la escuela, la familia y las relaciones personales que desvalorizan a las mujeres y refuerzan patrones de conducta machistas.
Otro factor negativo para Amnistía Internacional es la la falta de voluntad política para acabar con la impunidad y sancionar a los principales responsables de ejecutar programas y/o ejercer justicia en las situaciones de extrema violencia contra las mujeres.
Un ejemplo dramático es México.
AI subraya que durante el año 2007, la violencia contra las mujeres fue generalizada y que a la mayoría de las supervivientes se les “negó el acceso efectivo a la justicia” pese a “reformas legales positivas”.
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