Thursday, July 3, 2008

MUJERES EN PERU


El conflicto armado que vivió el Perú durante una década, desató una de las mayores violencias políticas de la historia de ese país. En este contexto, las mujeres y las niñas sufrieron el impacto en sus propios cuerpos. Hoy las sobrevivientes de la violencia sexual exigen reparación.
(MujeresHoy).


Creada en el año 2002 por el gobierno de Alejandro Toledo, la Comisión de la Verdad y la Justicia (CVR), recibió la misión de investigar lo sucedido durante los años de enfrentamiento armado entre el grupo terrorista Sendero Luminoso y el Ejército que dejó entre los años 1980 y 2000, un total de 69 mil muertos o desaparecidos, de ellos, el 75 por ciento tenían el quechua u otras lenguas nativas como idioma materno.
La CVR también recopiló cerca de 538 casos de violaciones sexuales a mujeres pertenecientes a las poblaciones campesinas e indígenas. Sin embargo, hasta la fecha ninguno de estos casos ha llegado al Poder Judicial. Pero las mujeres no se han quedado calladas. La creación de la Coordinadora Nacional de Mujeres Afectadas por el Conflicto Armado Interno (Conamuacai), es una respuesta a esta situación.
La Declaración de Nairobi
La Conamuacai ha hecho público un documento denominado la Declaración de Nairobi sobre el derecho de las mujeres y las niñas a interponer recursos y obtener reparaciones. (Ver documento completo en el BDF . Este documento es producto de una alianza internacional de organizaciones de mujeres empeñadas en acabar con el silencio y la impunidad, respecto del sufrimiento vivido por miles de mujeres afectadas por las guerras internas.
En marzo de 2007, se realizó en Nairobi, Kenia, una reunión internacional convocada por la Coalición de los Derechos de las Mujeres en Situación de Conflicto donde participaron organizaciones de activistas y sobrevivientes de conflictos de los cinco continentes. En esta reunión estuvieron presentes tres organizaciones peruanas, la Conamuacai, Demus Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer y PCS Consejería de Proyectos.
En el marco de esta reunión se elaboró la Declaración de Nairobi. Para las tres organizaciones presentes en Nairobi, la Declaración es un instrumento de mucha importancia, pues permite que el gobierno peruano preste atención particular a la situación de las sobrevivientes de violencia sexual.
El derecho a la reparación, de acuerdo con la Declaración, debe ser entendido en diferentes niveles, “partiendo de la afectación individual que produce la violencia sexual en las mujeres; el impacto en el control, autonomía de sus cuerpos y su sexualidad; el impacto a nivel subjetivo que resquebraja su mundo interno, y la limitación que produce para que ejerzan sus demás derechos, como por ejemplo, iniciar y/o continuar estudios, trabajar, tener maternidades deseadas, etc.”.
La Coalición por los Derechos de las Mujeres en Situación de Conflicto, tiene como misión denunciar las violaciones de los derechos fundamentales de las mujeres perpetradas en los conflictos armados, y vigiliar para que estos crímenes sean objeto de investigaciones, se juzguen debidamente, y las víctimas logren una reparación adecuada. Creada en el año 1996 tiene su sede en Canadá.
Delito de lesa humanidad
Es importante destacar que el documento de Nairobi, rescata el reconomiento del impacto diferenciado de la violencia, ya que califica la violación sexual en caso de conflicto armado como delito de lesa humanidad. Gladys Canales, de la comisión ejecutiva de Conamuacai, informó que cerca de 40 casos de este tipo han sido denunciados en el Ministerio Público pero no han llegado al Poder Judicial.
Por su parte, Gladys Tello Merino, representante de esta organización en el departamento de Apurímac, señaló que según el registro único de reparaciones actualmente en elaboración, de las más de 10 mil personas encuestadas, 120 mujeres han declarado que fueron víctimas de violación durante la guerra interna. En su mayor parte provienen de las comunidades campesinas y caseríos de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica.
Informe en el Congreso
Recientemente, la Subcomisión sobre Género y Violencia Política del Congreso peruano, aprobó por unanimidad el informe presentado por esta Subcomisión que contiene recomendaciones y conclusiones del grupo de trabajo para acoger las demandas de las víctimas y de las organizaciones de mujeres, empeñadas en exigir al gobierno de Alan García, medidas efectivas de reparación.
La congresista Juana Huancahuari que preside esta Subcomisión, ha declarado que no existe un marco normativo con perspectiva de género que garanticé que las mujeres afectadas por la guerra sean beneficiarias individualmente del llamado Plan Integral de Reparaciones (PIR) que no reconoce el impacto diferenciado que tuvo el conflicto armado en la vida de las mujeres..
“Un aspecto que preocupa”, señaló Huancahuari, “es la inercia del Estado por suministrar ayuda en salud mental a las afectadas, hecho que debe subsanarse cuanto antes por los daños fìsicos y psicológicos ocasionados, y que no se reparan con proyectos de desarrollo modernos”.
Un punto destacado del Informe de esta Subcomisión, es la recomendación que las mujeres afectadas sean incorporadas en el PIR dentro de la categoría de víctimas, no sólo las que han vivido la violación sexual, sino también quienes han sufrido otras formas de violencia sexual identificadas por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
Iliana Estrabidis, de Consejería en Proyectos (PCS), entidad que trabaja en países afectados por conflictos armados internos, ha expresado su preocupación por lo que viene sucediendo en el Perú. “Estamos a casi cinco años del informe presentado por la Comisión de la Verdad y sólo se ha iniciado el proceso de reparación colectiva que no es necesariamente vivido como reparador por las mujeres que han sufrido violencia sexual, porque no hay ese sentido de la redignificación”.
Estrabidis advierte que de un total de 538 casos registrados de violación sexual ante la CVR, sólo 11 corresponden a varones. “En un país sometido al poder masculino y patriarcal, como el Perú, las estrategias de reparación para las mujeres deben ser ser distintas de acuerdo a sus intereses, necesidades y perspectivas, pues ellas tienen el derecho a un proyecto de vida propio y no pensar siempre en las víctimas a su alrededor”.
Un aspecto destacado de la Declaración de Nairobi, es que además de visibilizar las diferentes formas de violencia sexual, como la violación, distingue otras como uniones y abortos forzados, desnudamientos, exclavitud sexual y prostitución, hechos producidos durante el enfrentamiento armado en las zonas del conflicto. Actualmente las lideresas de la Coordinadora Nacional de Mujeres Afectadas por el Conflicto Armado Interno, están elaborando su Plan de Trabajo para los próximos meses, incluyendo la difusión de la Declaración de Nairobi en las 13 regiones afectadas por la guerra de Sendero Luminoso.



Fuentes: Adital, Milenia Radio, Consejería en Proyectos.

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