Thursday, July 3, 2008

LAS MUJERES EN NICARAGUA


Nicaragua.

Dora María Téllez y la defensa de la democracia
Dora María Téllez
Luego de trece días de resistencia, Dora María Téllez suspendió la huelga de hambre protestando por la cancelación de la personería jurídica del Movimiento Renovador Sandinista. Seis ganadoras del Premio Nobel de la Paz se unieron a las numerosas muestras de adhesión.
(Mujeres Hoy). Olga María Téllez, símbolo de la lucha contra la dictadura somocista decidió levantar la huelga de hambre iniciada el 4 de junio de 2008 en protesta por la cancelación de la personalidad jurídica de su partido Movimiento Renovador Sandinista (MRS), medida tomada por el Consejo Supremo Electoral que impide la participación de esta agrupación en las próximas elecciones municipales. Téllez se vió obligada a suspender esta acción luego de conocer la valoración del grupo de médicos al considerar que de continuar sufriría daños irreparables en su salud. Frente a esta situación, la activista anunció que “iniciaba una etapa de lucha por Nicaragua”, y llamó a realizar movilizaciones para exigir al Presidente Ortega convocar a un diálogo nacional. Respaldo y protestas Durante su acción, Dora María Téllez recibió numerosas adhesiones provenientes de sectores de la sociedad civil, movimientos de mujeres, de derechos humanos y del mundo intelectual y político de Nicaragua y de distintas partes del mundo. Este fue el caso de las seis ganadoras del Premio Nobel de la Paz, que a través de un comunicado expresaron su rechazo a situación que vive actualmente Nicaragua. El texto lleva las firmas de Betty Williams y Mairead Corrigan (Irlanda, 1976); Rigoberta Menchu (Guatemala, 1992); Jody Williams, (Estados Unidos, 1997); Shirin Ebadi (Irán, 2003) y Wangari Maatai, Kenya, 2004). Las seis famosas activistas además de rendir homenaje a Dora María Téllez, “por su coraje y su compromiso de proteger los derechos políticos básicos”, recuerdan que en los años de 1980 “muchos movimientos internacionales por la paz y la solidaridad alabaron el original gobierno sandinista de Ortega por sus esfuerzos hacia el avance de la alfabetización y la salud”. El comunicado también destaca la trayectoría de Téllez. “En los años 70, antes de ser Ministra de Salud, Télez dejó sus estudios médicos para unirse a la lucha sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza. Hoy, 30 años después, Téllez sigue al frente de la lucha contra el poder autoritario, protestando por la notificación en mayo por parte del Consejo Supremo Electoral de problemas legales con cuatro partidos políticos, incluyendo el partido MRS.”.
(Ver más) Otras muestras de adhesión provinieron del Observatorio de Transgresión Feminista que en un pronunciamiento público, expresa su preocupación por el clima de intolerancia y de represión que reina actualmente en Nicaragua bajo el gobierno de Daniel Ortega. El Observatorio advierte que la medida de cancelar el funcionamiento del MRS donde militan diversas feministas nicaragüenses de reconocida trayectoria se suma al hostigamiento a defensoras de derechos humanos, como es el caso de las nueve feministas demandadas por el caso Rosita (Ver más) , y a la vulneración de derechos fundamentales de las mujeres como lo fue la penalización del aborto terapeútico. Asimismo, el Movimiento Autónomo de Mujeres y el Parlamento de Mujeres realizaron en la Rotonda de Metrocentro, una acción denominada “Interpelación de las Mujeres a los Poderes del Estado por la Institucionalización de la Dictadura. La defensa de la democracia es responsabilidad de toda la ciudadanía”. Entre las expresiones de solidaridad de personalidades del mundo cultural y político, destacaron, el poeta Ernesto Cardenal quien encabezó un recital de poesía en el que participaron figuras conocidas internacionalmente con Claribel Alegría, Daisy Zamora, Mercedes Gordillo, así como Virgilio Godoy, conocido luchador contra la dictadura somocista. Otras voces disidentes se han hecho escuchar, como la filial europea del MRS que a través de su comisión ejecutiva manifestó su “indignación por el regreso del estilo somocista de gobernar del FSLN. Somoza cerró los espacios democráticos, el FSLN también”. Por su parte el Centro de Iniciativas Políticas Ambientales (CIPA), a través de su representante Cirilo Otero, declaró que la acción del organismo electoral, es una forma de hacerle saber a la ciudadanía nicaragüense “de aquí solamente existe un solo partido político que se compone de siete letras PCL-FSLN”. Las siglas PCL corresponden al Partido Liberal Constitucionalista que gobernó el país anteriormente. Muchas de sus figuras principales son políticos ligados al somocismo y algunos tienen juicios pendientes por corrupción. Según observadores internacionales la supresión del Movimiento Renovador Sandinista, es parte de una política deliberada del gobierno de Ortega para limitar la acción de quienes cuestionan la gestión gubernamental emprendiendo acciones de resistencia para denunciar graves violaciones a los derechos humanos. Como dice la escritora Gioconda Belli de Dora María Téllez, “Ella se ha alzado en medio de la multitud inconforme, para demostrar que la libertad no es negociable y que, ante la injusticia, no cabe ni el silencio, ni la pasividad”. El Movimiento Renovador Sandinista es una coalición de partidos políticos, movimientos sociales y personas. Fue creado en el año 2006 y está empeñado en rescatar los valores primigenios del sandinismo hoy vulnerados por Ortega y sus acompañantes (ver más). La misma de antes Sergio Ramírez (*) Una heroína de las luchas populares que llevaron al derrocamiento de la dictadura de la familia Somoza concluyó una larga huelga de hambre en Managua, instalada bajo una champa en un predio vacío de la rotonda Rubén Darío, el lugar más traficado de la ciudad. La comandante Dora María Téllez, célebre por su participación en el comando que tomó el Palacio Nacional en agosto de 1978, y célebre por haber encabezado las fuerzas insurgentes que liberaron la ciudad de León en 1979, ayunó doce días por lo mismo que antes luchó con las armas: la democracia, las libertades públicas, el Estado de Derecho. Sólo que su adversario no es ya más Anastasio Somoza, enterrado hace años en un cementerio de Miami, sino Daniel Ortega, antiguo camarada suyo, presidente del gobierno de la revolución hasta 1990, y que ganó un segundo mandato en 2006. Un cartel instalado en la rotonda de la huelga de hambre mostraba una composición fotográfica en la que Somoza y Ortega juntan las manos en alto, ambos sonrientes: “Ortega y Somoza son la misma cosa”, reza el lema del cartel. ¿Hay de verdad parecidos entre Anastasio Somoza, que huyó del país el 17 de julio de 1979, cuando las fuerzas guerrilleras cercaban ya Managua, y Daniel Ortega, que gobierna ahora al lado de su esposa Rosario Murillo, generalmente en secreto, pues nadie sabe nunca de su paradero dentro o fuera de Nicaragua, y otras veces desde tarimas profusamente enfloradas frente a una audiencia cautiva que debe escuchar por horas los discursos de ambos? Los hechos hablan. La huelga de hambre de Dora María Téllez ha tenido como primera motivación el hecho de que a su partido, el Movimiento Renovador Sandinista, fundado en 1996 por disidentes del viejo Frente Sandinista, ha sido despojado de su existencia legal por una resolución del Consejo Supremo Electoral, fiel a Ortega, que también ha aplicado la misma sanción al Partido Conservador. De esta manera, las elecciones municipales de noviembre de este año tendrán solamente dos contendientes visibles: el Frente Sandinista, del propio Ortega, y el Partido Liberal de su íntimo aliado y rehén Arnoldo Alemán, condenado por los tribunales a veinte años de prisión por lavado de dinero, y el único reo del continente americano que tiene todo un país por cárcel y que dirige además un partido político. Gracias a los favores de Alemán, cuyos diputados hacen mayoría con los de Ortega en la Asamblea Nacional, este último controla con puño de hierro la propia Asamblea, la Corte Suprema de Justicia y todo el sistema judicial, la Contraloría de Cuentas, y el Consejo Supremo Electoral; y su pretensión es ejercer también el mismo control sobre el Ejército y la Policía Nacional, institución esta última sobre la que ya dio una demostración de fuerza al destituir a todo el alto mando policial en busca de aislar a su jefa, la comisionada Aminta Granera, que goza de la cota más alta de popularidad en el país. Ortega prefiere, además, gobernar fuera del marco de las instituciones cuando éstas le estorban. Los créditos de la cuenta petrolera venezolana no entran a formar parte de los recursos del Estado en el prepuesto nacional, y se manejan de manera privada. Es una gran caja chica de varios centenares de millones de dólares, de los que nadie rinde cuentas, y que se usan de manera indiscriminada para pagar sus constantes viajes al exterior acompañado de numeroso séquito, acarrear manifestantes a sus actos públicos y enflorar las tarimas donde comparece; y asimismo para financiar programas asistenciales que van desde entrega de cerdos y vacas paridas a familias campesinas, a la construcción de viviendas populares. Gracias a investigaciones de los medios de comunicación, se ha podido determinar que los contratistas de estas viviendas son ministros del gobierno y allegados a Ortega. Nicaragua se halla situada entre los países más pobres del continente, y las políticas confusas del gobierno de Ortega, a pesar de la encendida retórica de su discurso, no han movido un solo milímetro los índices de desempleo y marginalidad, y la inflación amenaza este año con superar el 20 por ciento, debido sobre todo al peso del incremento del precio de la comida, que ya ha subido más del 50 por ciento en lo que va del año. Este último es un fenómeno mundial, por supuesto, pero Ortega no está haciendo nada por crear una política de producción de alimentos que defienda al país, siendo Nicaragua un territorio privilegiado en términos agrícolas. Se está creando, por tanto, una situación explosiva. Frente a una crisis económica y social, marcada por la inflación y el desempleo, a la que Ortega responde nada más con discursos cada vez más desgastados de izquierda ortodoxa del siglo pasado, al mismo tiempo cierra abruptamente las puertas a la participación democrática, y restringe los espacios ciudadanos, medidas frente a las que se alzó la protesta de Dora María Téllez, a riesgo de su propia vida, como antes con el fusil en la mano. Nada de lo que Ortega y su esposa hacen desde la cúpula del poder que entre los dos detentan, tiene como horizonte el presente período presidencial que vence en 2012. Eliminar de la contienda a otros partidos políticos, ejercer el control absoluto de las instituciones del Estado, tener la obediencia de los jueces del sistema judicial, y la sumisión de la Asamblea Nacional. Buscar el momento preciso para dar el golpe al Ejército y a la Policía, y hacerse también con su control. Todo está dirigido a asegurarse la reelección indefinida, reformando la Constitución. Cuando el gobierno revolucionario se estableció en la ciudad de León el 18 de julio de 1979, es porque las fuerzas guerrilleras que comandaba Dora María habían logrado expulsar a las fuerzas de la Guardia Nacional de Somoza. Fue gracias a ella, y a los jóvenes y adolescentes que la obedecían con admiración, una jefa osada y aguerrida y estratega natural de apenas 22 años, que los miembros de la Junta de Gobierno pudimos aterrizar en León, viniendo desde Costa Rica. León era ya un lugar seguro. En un primer vuelo llegaron Daniel Ortega, Rosario Murillo, Tomás Borge. En el siguiente, doña Violeta de Chamorro, Alfonso Robelo, y quien escribe. Aquella muchacha menuda e inquieta, que siempre bromeaba frente al peligro, y que siendo tan joven no dudaba a la hora de tomar decisiones de vida o muerte, se enfrenta ahora a quien entonces allanó el camino del poder, Daniel Ortega. Y lucha por lo mismo de antes. La libertad y la democracia. (*) Escritor. Masatepe, junio 2008.
Fuentes: Observatorio de la Transgresión Feminista, ADITAL, El Nuevo Diario, Mujeres Hoy.

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